viernes, 4 de marzo de 2022

EMBALSE DEL PORMA

En el termino municipal de la localidad leonesa de Boñar se encuentra el Embalse del Porma, también conocido como Embalse Juan Benet que fue su ingeniero constructor. Es día 13 de enero de 2022, un hermoso día para realizar la vuelta por sus alrededores.

Con una temperatura de -8º centígrados y desde el mismo muro de contención de la presa
comienza nuestro pedaleo por una de los entornos mas hermosos de la provincia de León,
aunque antes analizaremos todos los datos del itinerario en EMBALSE DEL PORMA
La carretera LE-331 muy poco transitada, se ciñe a la vertiente este del pantano y nos irá dejando unas vistas de ensueño,
alcanzando en un kilómetro y medio el precioso y sugestivo Mirador de Fontanales, en el que
podremos sentir la pureza del aire y el portentoso escenario que desde aquí se divisa.
La ruta cruza tres túneles sin iluminar, por lo que deberemos cuidar y mantener todo tipo de precauciones.
Nada mas pasar el túnel nos tropezamos con el bello y privilegiado Mirador de Vegamián,
descubriendo una nueva e inédita percepción para contemplar la perfección de este espacio.
Nos sentimos pequeños e insignificantes mientras admiramos los afilados 1878 metros del Susarón
y los 2189 a los que llega el Mampodre, entre un espectacular horizonte con varias semejanzas y similitudes a los lejanos fiordos noruegos.
En las zonas mas sombrías seguimos temblando y estremeciéndonos con aguzadas estalactitas de hielo,
muy cerca del agradable e interesante Mirador Ornitológico de Lodares, con nueva actualización de las vistas.
Las cumbres de Peña Forcada se transmiten a través del aire puro y limpio de una atmósfera
que revitaliza y reanima los prados y pastizales en los que se desenvuelven estos equinos. 
Aparece la apuesta y elegante Peña Armada que con su hechizo nos conduce entre sus fauces
para situarnos en un apreciado balcón con estampas y grabados que por si solos se describen.
Antes de cruzar el Túnel de Peña de la Cruz, nos desviamos al pequeño poblado de ORONES
para seguir tiritando entre los demonios del frío y proseguir alojados en su poderosa guarida.
En Orones brilla la pequeña Iglesia de Santa Eugenia enclavada en un agreste paisaje de alta montaña,
pudiendo escuchar y prestar atención a los atrayentes y encantadores murmullos del agua 
que arrojan y derraman la multitud de caños y chorros que expulsan sus caudalosas fuentes.
Volvemos al corazón del Porma entre idílicas imágenes que desprenden esa magia especial
que consigue enamorarnos y cautivarnos para envolvernos en un aura de felicidad absoluta.
Montañas y promontorios emergen para reflejar su semblante en el nítido espejo del agua
y abren la puerta a la inmensa tranquilidad y sosiego desatado entre esta exquisita austeridad.
Un enorme silencio, únicamente quebrado por el suave "tintineo" de esquilas y cencerros,
nos conduce y encauza hasta las inmediaciones del tercer y último Túnel de las Pedrosas
que nos aposenta frente a las praderas de Pandote, a los pies del mítico Susarón, girando
a nuestra derecha para ir a conocer la Iglesia de San Cibrián de la Somoza que rinde culto a San Cipriano y San Cornelio.
Mientras el manto de nieve se amontona en las montañas, los prados rebosan vida y placidez
fielmente guardados y vigilados por numerosos mastines, cuyos ladridos son ahogados por
el ímpetu, la fuerza y la energía desbocada con la que desciende un joven y adolescente Porma.
Remontamos su cauce pegados y adheridos a la fría escarcha que ornamenta sus orillas,
entrando en PUEBLA DE LILLO junto al edificio de la Ermita de Nuestra Señora de las Nieves.
La Calle Bajo Villa nos guía y encamina hacia el interior del casco antigüo de la localidad
en donde podremos visitar la fabulosa espadaña de la Iglesia Parroquial de San Vicente,
admirar y saborear los escudos y balcones del majestuoso y regio palacete del siglo XVIII
y asombrarnos con el altivo Torreón Medieval fechado y registrado en la época de los Trastámara.
Abandonamos el pueblo mecidos y acunados sobre la corriente y las aguas del Arroyo Silván
tomando el PR-LE 15 en busca del Río Porma entre la Vega Namón y Vega del Campo
que sostienen y soportan una amplia y desarrollada actividad ganadera en sus cercanías.
Entre miradas de asombro y estupefacción llegamos al pueblo deshabitado de CAMPOSOLILLO,
uno de los pueblos que salvo de quedar anegado de las aniquiladoras aguas del pantano
y donde un silencio abrumador se disipa entre la maleza que ahoga y oprime las bellas ruinas de la Iglesia de Santo Tomás.
Seguimos camino dejando atrás las evidencias de una tragedia que se extiende por buena parte de la Montaña Leonesa,
con las vistas puestas en el paredón rocoso formado por Peña Utrero y el Tresmonte para
ir girando lentamente entre las verdes y frescas praderías que forman el Pago de Valdelayosa.
La luz del mediodía ilumina un verdadero rostro natural con animados rebaños de ovejas y vacas
que bajan a calmar su sed a los diferentes regatos y arroyos que se deslizan por las laderas de La Cuesta
Inmerso en este profundo derroche de tranquilidad y luminiscencia, coronamos el Collado de los Quesos
que se asoma a los aceitunados prados que encierran el valle del Arroyo Barbadillo.  
El día es soleado pero el refranero es implacable ya que por "enero, treintaiunero, siete capas y un sombrero y todavía me hielo".
El itinerario nos ofrece la mejor zona para vadear las frías y gélidas aguas del Barbadillo
en la que a primeras horas de la tarde aun son claros y evidentes los signos de las fuertes heladas.
Un sólido repecho nos hace poner pie a tierra, aprovechando el ascenso para ir oteando nuestro alrededor
hasta conquistar el Collado Barbadillo con una brutal escenografía de los Picos Mampodres.
Peña Utrero se asoma entre el robledal para seguir un cuidadoso y meticuloso descenso  
en busca de la imperturbabilidad y quietud de la playa del pueblo abandonado de UTRERO.
Contemplamos la sangría rural de este hermoso pueblo enmudecido allá por el año 1968,
intentando desgranar este bello paraje deshabitado entre pausadas y sosegadas fotografías
que inmortalizan su atractiva decadencia y desvelando los avatares de los que aquí vivieron.
La construcción del embalse inundó completamente los pueblos de Vegamián, Campillo, Ferreras, Armada, Quintanilla y Lodares, mientras Utrero y Camposolillo fueron expropiados pero no sumergidos.
Continuamos las señales del PR-LE 15 en dirección a Rucayo, atravesando el robledal de La Cueva
y los caminos embarrados y enfangados que nos orientarán a las pequeñas portillas de Valdevara
y Pozollarín entre las colosales panorámicas que nos deja el monstruo calizo de Peña Forcada.
A lo largo de este precioso recorrido nos encontraremos con diferentes personajes de la novela "Distintas formas de mirar el Agua" de Julio Llamazares
en las que Raquel, Agustín, Elena, Teresa, Virginia y José Antonio van desgranando los  sentimientos y recuerdos que les produjeron estos magníficos valles,
evocando la recogida de agua en las fuentes, el pastoreo con los animales, la despedida de los vecinos y la partida de casa con todos sus enseres y pertenencias.
Solo nos queda remontar las bulliciosas y juguetonas aguas del Arroyo de la Friera para
dilucidar el estrecho camino que, con las vistas del Pico Mahón en lontananza, nos dejarán
instalados en las eras y prados de RUCAYO, acercándose a saludarnos dos nobles y humildes burritos.
Subimos hasta su Iglesia Parroquial dedicada a San Miguel Arcángel, sin desaprovechar
un tranquilo paseo entre su singular arquitectura tradicional de las tierras leonesas de Boñar
para mostrar el gran valor de sus materiales y tipologías de maderas, piedras y tejas.
Tomamos la estrecha carretera que rodea varias fincas ganaderas en El Formeo y La Argosa
dejando a nuestra derecha las brutales cimas calcáreas y el amplio Collado de la Forqueta
para subir el Cueto de San Pelayo con un precioso panorama escénico dibujado entre el agua y las montañas.
La Fuente de los Llamargones aun conserva sus carámbanos y sus fríos atributos de hielo,
contrastando con el formidable horizonte que se vislumbra desde su estratégica posición.
En la Collada Ferreras podemos visitar el Museo de la Fauna Salvaje donde se exhiben muchísimas especies animales disecados y en esculturas a tamaño real.
Un tupido robledal nos acompañará y escoltará en un suave descenso hasta los aledaños de
la Iglesia de Santiago Apóstol en VALDEHUESA sumida entre las sombras de las montañas.
La Fuente del Rebeco acusa la bajada de la temperatura entre las débiles energías del sol, 
obligando a los rebaños y manadas a regresar a sus lugares de descanso y nutrición.
Reaparece la limpia atmósfera del cielo en la hermosa Collada y Pico de los Álamos por
donde trepa y remonta la luna para advertirnos y avisarnos que el día está llegando a su final.
Solamente nos queda rodear el Cueto Llombiles y el Alto de las Lunas en una pequeña 
ascensión sobre el Poblado del Pantano y la Central Hidroeléctrica del Porma, esperando
que la gente no olvide que debajo del agua se oculta una historia que se borró para siempre.
Saludos de EL BICIERRANTE, hasta una nueva aventura.

ÁLBUM DE FOTOS: EMBALSE DEL PORMA

2 comentarios:

  1. Impresionante reportaje que nos recuerda a Julio Llamazares en Distintas formas de mirar el agua. Un abrazo.

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    1. Literatura y paisaje van muy unidos en esta maravillosa ruta por la Montaña Leonesa. Daros las gracias por vuestras palabras y por la visita a este espacio. Un saludo cordial.

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