miércoles, 3 de noviembre de 2021

VÍA VERDE BÉJAR-HERVÁS

Vamos a comenzar un extraordinario viaje por la nostalgia del trazado ferroviario que une la salmantina ciudad de Béjar con la cacereña capital del Ambroz, Hervás. Es día 22 de octubre de 2021, comenzamos el relato por esta maravillosa Vía Verde.

Con las vistas excepcionales de BÉJAR, empezamos a merodear por los decrépitos y decadentes edificios de su antigüa estación,
recorriendo un interesante museo al aire libre entre los elementos utilizados por las viejas locomotoras
que seguían los oxidados y roñosos railes invadidos y dominados por la abundante vegetación,
alcanzando la Estación de Béjar Verde reconvertida en Albergue y pequeña cafetería, aunque la fecha de hoy permanecía cerrada.
Con todo listo y preparado, hacemos el "cambio de agujas" y nos montamos a los lomos de nuestra BTT,
una vez consignados y analizados los datos del itinerario en: VÍA VERDE BÉJAR-HERVÁS
Atrás queda la deliciosa luz matinal que empapa e inunda esta atractiva ciudad textil,
penetrando entre la magnífica penumbra y las bellas umbrías de estos primeros kilómetros 
que buscan con ahínco e insistencia la claridad y los destellos de los primeros rayos del sol.
Las barandillas de madera proyectan, a esta hora, el trazado virtual de las viejas vías y traviesas
en un camino preparado para la relación y entendimiento entre ciclistas y caminantes.
A nuestra espalda quedan rectilíneos trazados con hermosos puentes de piedra,
cuyo itinerario ingresa y profundiza por frondosos bosques de castaños, robles y avellanos,
atravesando una infinidad de claroscuros dispersos y desperdigados a lo largo de la marcha.
Enseguida alcanzamos los frescos y verdes praderíos que rodean la localidad de CANTAGALLO
sumidos en la tranquilidad y la placidez que atesoran los bosques que la envuelven y la abrazan.
Sus estrechas calles nos sumergen por una elegante exposición de edificios tradicionales
que van ascendiendo por un universo en piedra que escudriña en lo mas alto el perfil 
y la silueta de la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Rosario.
Disfrutamos de la sobria belleza que desprende y desata lo viejo, lo añejo y lo desusado 
en una combinación perfecta con los primorosos colores que brillan en sus balcones y galerías.
Volvemos a la vía entre los aromas y fragancias de abundantes y copiosos endrinos
que se infiltran entre desbordantes y pletóricos castañares, en los que sus atributos
lucen al mismo tiempo sobre nuestras cabezas y bajo nuestros pies.
Proseguimos la travesía llaneando por un maravilloso bosque de árboles caducifolios 
que reflejan y manifiestan las evidencias mas espectaculares de esta cautivadora estación otoñal.
Una magestuosa calma y serenidad se apropian de los numerosos rincones idílicos que vamos traspasando,
llenándose con las bellas y suaves tonalidades que se esconden por sus alrededores.
Escuchamos los lejanos ecos de la Fuente del Crucero en la localidad de PUERTO DE BÉJAR 
que nos expone y presenta la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción,
recordando los avatares de 1812 en las que las tropas francesas invaden el pueblo, sembrando la desolación, la ruina y el fuego.
Bajamos hasta la Plaza Maestro Ricardo García Muñoz para visitar la Ermita del Humilladero,
abandonando el pueblo y percibiendo la variedad y riqueza de su arquitectura popular.
De nuevo buscamos la luminosidad y las resonancias del longevo trazado del ferrocarril
cuyos "traqueteos" aminoran la marcha para vislumbrar el cuidado paisaje y las vistas
que otorga la pequeña y acogedora estación del Puerto de Béjar, un lugar para efectuar un merecido descanso.
Un poco mas adelante sobrepasamos la divisoria entre las provincias de Salamanca y Cáceres,
marcando la frontera entre las comunidades autónomas de Extremadura y Castilla y León.
Sin darnos cuenta aparece el Valle de Ambroz que nos obsequia con un fenomenal paisaje
con extraordinarias panorámicas de la localidad de Baños de Montemayor y su embalse.
Enseguida penetramos por los doscientos metros de túnel que se ilumina al detectar nuestro paso,
saliendo por la boca sur y finalizando junto al puente que salva las aguas del Arroyo de la Garganta.
Entre el cobijo de la arboleda nos acercamos hasta la confluencia de la carretera, un paso bien señalizado en el que debemos extremar todas la precauciones.
Realizamos otra corta parada para sentir el agua y la frescura de las fuentes y estanques 
situados en la agradable y confortable área recreativa que circunda y acordona
la primitiva estación de trenes perteneciente al municipio de Baños de Montemayor.
Nuestra "flaca" se acelera y apresura al ritmo que marca el descenso de la bajada,
parapetados y resguardados entre los muros y trincheras que miran a los Montes tras la Sierra
y que mas adelante nos dejan ver y disfrutar de las vistas del embalse y el infinito horizonte de la región extremeña.
Seguimos la transición ejecutada por los viejos trenes con un acusado desnivel
por el que sobresalen las boscosas laderas que suben hasta los "dosmiles" del Pinajarro y el Calvitero 
y disfrutando de toda la maravillosa Vega del Ambroz que embala y arropa al pueblo de Hervás.
Solitarias y aisladas tenadas a los pies de las faldas del Picurujo y El Berrocal
se suman a este grandioso y sensacional trayecto que describía la centenaria vía,
para seguir troceando y fragmentando la montaña en un portentoso desfiladero
que morirá en los prados de Romañazo, irrigados por el fresco relente del Arroyo Balozano.
La bonanza, el reposo y la serenidad se reparten por esta fantástica y armoniosa naturaleza
que se extiende hasta las otoñales ramblas y cárcavas que descienden junto al río Ambroz,
apareciendo la magia del delicioso perfil y el agradable contorno de la localidad de HERVÁS.
El viaje toca su fin entre los cargaderos y las viejas y ajadas vías que aun perduran 
en la pequeña estación del municipio y que actualmente alberga el Centro de Interpretación del Ferrocarril.
Un rápido recorrido urbano para admirar la asombrosa silueta del Convento y Hospedería
que nos anima a introducirnos por la variedad y riqueza de su arquitectura popular,
subiendo hasta lo mas alto de los muros de su Iglesia de Santa María de Aguas Vivas
y bajando hasta el cauce del río Ambroz y su elegante Puente de la Fuente Chiquita.
El regreso y el retorno lo ejecutamos entre la colorida "otoñada" de pequeños majuelos
y los gratos y exquisitos aromas que dispersan y propagan algunos olivares.
La carretera nacional N-630 nos conducirá, en ligera subida, hasta la Ermita del Humilladero
y la Iglesia de Santa Catalina situadas en la población de BAÑOS DE MONTEMAYOR.
Parada obligatoria para refrescarnos en las naturales aguas de su Fuente Real,
sin olvidarnos de su altanera y orgullosa Iglesia Parroquial de Santa María de la Asunción.
Escapamos del pueblo por encima de sus tejados en dirección a la aldea de La Garganta
hasta la Vía Verde para retomar el rumbo en sentido y orientación hacia Béjar.
Antes de la entrada al túnel nos llegan los ecos y resonancias del Arroyo de la Garganta
que nos convida a un encantador y agradable concierto con el despeño de sus aguas.
La oscuridad se desvanece y se disipa a la salida de este alargado pasillo
mientras el paisaje vuelve a llenarse de una frondosa claridad y luminosidad
que nos permite una pequeña recolección y cosecha del producto estrella de la zona.
La temperatura es extraordinaria cuando alcanzamos las casas de la Colonia de la Estación
cuyos prados y seles rebosan el sosiego y la quietud de un ganado que pace con despreocupación.
Nos cruzamos con el culto y la devoción al tren en la vieja estación de Puerto de Béjar,
continuando nuestra expedición y éxodo a través de numerosos túneles y puentes.
Imágenes de un otoño que se abalanza con atractivas coloraciones en las hojas de los árboles
y conforman idílicas estampas con tonos que rozan lo mágico y lo inigualable.
Los altos paredones en algunos lugares nos siguen apretando y comprimiendo y nos 
devuelven rápidamente a respirar el aire fresco que pulula en esta maravillosa naturaleza
que combina los verdes, ocres y amarillos con suma delicadeza y un magnífico gusto.
Vadeamos hermosos pastizales adornados por los claros y limpios destellos del sol
y sus gentes se regocijan con la pasión del senderismo por estas tierras imponentes y sobrecogedoras.
Ya percibimos el final de la ruta por este antigüo camino de hierro que tanto nos ha cautivado y enamorado,
alcanzando la Estación de Béjar para detener motores y dar por finalizado este genial viaje.
Decimos "adios" pero prometemos volver para continuar el rastro del ferrocarril hasta la localidad cacereña de Casas del Monte.
Saludos de "EL BICIERRANTE", hasta una próxima aventura. 
ÁLBUM DE FOTOS: VÍA VERDE BÉJAR-HERVAS

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