miércoles, 23 de junio de 2021

VALLE DE VALCORBA

El vallisoletano Valle de Valcorba es una pequeña garganta labrada a lo largo de unos 30 kms que comienza en los páramos de Campaspero y baja en dirección noroeste en busca del Duero. Es día 14 de mayo de 2021 y esta es la crónica del viaje. 

El pedaleo comienza en la Plaza de la Constitución, junto al Ayuntamiento de la localidad de Cogeces del Monte,
acercándonos hasta el arco y crucero situados al lado de la monumental Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción
donde detallamos todos y cada uno de los datos del itinerario: VALLE DE VALCORBA 
Antes de embarcarnos hacia El Valcorba, nos sumergimos entre las "choperas" adyacentes al Arroyo de Cogeces
en el que varios gansos se desperezan a esta primera hora de la mañana.
El camino de la Hoyada del Palancar atraviesa los resplandecientes campos de labranza
atrapados en un precioso paisaje salpicado de chopos, pinos y encinas
que rezuman la frescura que dejaron los abundantes riegos y aspersiones.
Las nubes van bailando su maravillosa danza sobre la verde estepa cerealista
y entre los aromas de un reducido ejército de viñedos y majuelos
que originan y armonizan la maravillosa y brillante estela del valle.
Tras cruzar la carretera el valle se ensancha entre los diferentes cultivos
iluminados por el poderoso contraste entre las luces y las sombras,
conduciendo y encarrilando nuestra bici al interior de un pequeño pinar
que nos asombra con sus detalles mas personales y sus matices mas profundos.
Hemos rodeado los pinos y la arena del Pico de la Frente y nos zambullimos de lleno sobre las austeras aguas del Arroyo de Valcorba.
Algún corzo apresurado cruza nuestro recorrido en las inmediaciones de la finca de El Quiñón
cuyos alrededores se visten y acicalan de hermosas tonalidades que adaptan
una extraordinaria y fascinante pasarela colmada de encanto y exquisitez.
El siguiente vado del Camino de el Molinos nos reúne frente a las viejas dependencias de la finca Valcorba
cuyos "pivots" vuelan y planean sobre las extensas parcelas cultivadas. 
Seguimos remontando el Valle de Valcorba con nuevos sembrados y plantaciones
refugiados entre la vigorosa indumentaria de pinos y encinas
que esconden entre su vegetación salvaje las ruinas de aceñas y molinos.
La primavera nos sigue inundando con su magia y sus colores,
vistiendo y trajeando las prolongadas y alargadas choperas
que cubren con su espesura el parco y reposado cauce del río.
La senda progresa entre la espectacular disparidad de un rotundo paisaje
saturado por la luz y la claridad que desprenden los campos de colza, 
envolviendo y abrazando los bonitos corrales de la Dehesa de los Frailes.
El valle va atenuando su altura mientras disfrutamos de un fabuloso caleidoscopio
que nos traslada hasta el viejo y longevo molino situado muy cerca y próximo
a la ermita de Santa María de los Remedios de la pequeña población de Aldealbar.
El paseo apacible y reposado por sus calles nos muestra la fuente, el pilón, las escuelas
y las evocadoras ruinas de la Iglesia de San Pedro, también conocidas como Los Castillos.
Seguimos este trepidante camino escoltando y custodiando el hilo virtual del Valcorba
que se adelanta hasta las primeras y sencillas construcciones del pueblo de Torrescárcela,
entre el sabor ancestral de los tradicionales y típicos palomares
muy cercanos a la pétrea Ermita del Humilladero.
Los cruceros se engrandecen sobre la torre de la Parroquia de los Santos Justo y Pastor,
avanzando hasta los aledaños de su Ayuntamiento ubicado en la Plaza Mayor, 
acercándonos por la Calle Real de Arriba hasta el antigüo y remodelado depósito de agua.
En el pueblo también podemos disfrutar del continuo susurro de sus tres potentes caños
y de las cristalinas y transparentes aguas de su acogedor lavadero.
Seguimos la remontada por las estelares estampas que nos muestra el campo,
siguiendo la sinuosidad de los meandros y revueltas que va delineando el Valcorba
para atropellar el amplio azud y los cárcavos del enorme Molino de Requejada.
Sobrios cruceros permanecen firmes en el olvido y se pierden en la memoria
en el momento que nos topamos con la robusta Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción
y el Ayuntamiento de la localidad vallisoletana de Bahabón.
Tras su visita, salimos entre el pelotón de cruces en dirección a Campaspero
para ir en busca del nacimiento y los orígenes del protagonista y actor principal del día de hoy.
En lo mas profundo de la alameda tomamos contacto con las vetustas piedras del puente por el que cruza un Valcorba en pañales
que va mostrando las enormes cicatrices y la tremenda soledad del despoblado de Minguela,
iniciando la etapa de regreso entre los claros y resplandecientes caminos
que nos devuelven de nuevo y nos depositan en la localidad de Bahabón.
Nos despedimos del pueblo llenando de frescura nuestra cantimplora 
entre las tenues y ligeras fragancias de palomas y "pichones"
y el imaginado runrún de los evocadores ecos del trasiego en sus molinos.
Abandonamos el Valcorba, ascendiendo a la inmensidad del páramo de Cogeces del Monte
que retrata los sensacionales matices de la colza y un lujoso y moteado cielo,
transitando por las exquisitas y placenteras vaguadas de un amplio camino
que nos aposenta y acomoda en el valle del Arroyo de Valdecascón.
Nos deleitamos con el tranquilo y agradable descenso hasta la zona de Valdelasno
que sin solución de continuidad deberemos ascender un buen repecho hacia el páramo,
regresando al valle para seguir recorriendo y atravesando sus entrañas.
El silencio y la serenidad acompañan nuestra cadencia por el Camino de la Solana
y se adorna y embellece con las plantas mas bruñidas y lustrosas, 
resaltando y sobresaliendo por estos hermosos campos castellanos.
El trayecto nos hunde en las raíces del siglo XII entre las sugerentes ruinas del Monasterio de la Armedilla
para inspeccionar el fabuloso y legendario latido de sus rescoldos
entre la pena, la resignación y el recuerdo de los que lo habitaron.
Aparcamos la bici de montaña para merodear por su pequeña ermita, antaño entrada principal al cenobio.
Las ruinas de la antigüa portería configuran el retablo del altar de la pradera
y en la Iglesia del siglo XV nos espera una magia que baña la realidad y la existencia
de esta apabullante belleza formada por las huellas y señales que dejaron nuestros antepasados en estas tierras.
Entre la tristeza y la amargura abandonamos los retales de este magnífico lugar,
buscando la estepa cerealista de la Cañada de la Grama que se asoma
a las vistas y a las perspectivas de la sierra segoviana en el horizonte
y nos embelesa con la pureza y sencillez de un paisaje enmarcado para soñar.
Las soleadas y solitarias calles de Cogeces del Monte nos llevan de nuevo
hasta la plaza donde se sitúa su radiante iglesia Parroquial de la Asunción 
para atajar entre pinares, lavandas y cantuesos los kilómetros sucesivos 
y llegar entre pinturas y murales a la localidad de Santibáñez de Valcorba.
Nos presentamos en su Plaza Mayor y en el Ayuntamiento
y nos acercamos a la representación gótico-mudéjar de la Iglesia de San Juan Evangelista,
continuando nuestra andadura entre los destacados tintes y pigmentos de cardos y espinos
y la sedosa y delicada brisa que mece y balancea los tiernos trigos y cebadas.
La conclusión y el desenlace de este entretenido camino alcanza el lugar que estaba "tras los pinos",
es decir, la localidad de Traspinedo y su colosal Iglesia de San Martín de Tours.
En su Calle Mayor podemos contemplar y saborear su interesante arquitectura popular
organizada por unos llamativos pórticos y soportales al mas puro estilo castellano
y numerosos patios ornamentados con viñas y macetas que otorgan grandes dosis de frescura.
Vamos finiquitando el complejo e intrincado pedaleo abandonando la llanura
y saltando a las sendas arenosas del pinar, para cruzar mas adelante la línea del antigüo ferrocarril de Ariza,
entrando bajo la cúpula arbórea del Área Recreativa de Puente Hinojo.
De manera tranquila, serena y reposada disfrutamos de los últimos estertores del Valcorba
cuya agonía se va difuminando en el momento de rendir cuentas al Duero.
Saludos desde EL BICIERRANTE
ÁLBUM FOTOGRÁFICO: VALLE DE VALCORBA 

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