domingo, 7 de enero de 2024

CAMINOS DE SAYAGO

La comarca zamorana de Sayago está instalada entre los poderosos cauces del Duero y del Tormes, ofreciendo atractivos escenarios alrededor de sus pueblos en un conglomerado de viejos molinos, puentes y preciosos arroyos donde la encina, el brezo y las escobas marcan los elementos de esta maravillosa tierra. Es día 15 de diciembre de 2023, comienza nuestro viaje 👇👇

Empezamos a pedalear junto al Arroyo de la Saz en la localidad zamorana de Gamones y en
los aledaños de la Iglesia de la Purísima Concepción, rodeada por la presencia de la piedra
de granito que cierran chozos y corrales y erigen estructuras vinculadas a su actividad rural.
A éstas primeras horas de la mañana reina un destacado silencio y la tierna simpatía de un
solitario "minino" que nos acompaña en el estudio del itinerario que vamos a realizar 👇👇.

Saliendo hacia el sur en busca del "Pago del Palero" nos vamos a encontrar con las Fuentes 
del Porcirón, dos distinguidos y apreciados manantiales de agua sitos en una fresca pradera
 y protegidas por grandes lajas de piedra que aseguran el consumo de humanos y animales.
Circulamos por un amplio y luminoso camino con un cielo totalmente despejado que intenta
adentrarse por holgadas y dilatadas fincas de pastos para el ganado atravesadas por la vega
del Arroyo de la Clementa y entre los frescos aromas y fragancias que despiden las encinas.
Alcanzamos la Poza de la Calzada y el Potro de Herrar en el pequeño pueblo de Monumenta
entre grandes "colgadizos" de piedra y madera, muy característicos de la tierra Sayaguesa, 
ayudándonos a llegar hasta las inmediaciones del crucero y de la Iglesia de San Clemente y
a penetrar entre las sobrias y sencillas casas que albergan sus necesidades mas elementales.
Salimos por carretera entre grandes parcelas cerealistas que rodean y abrazan las curiosas y
discretas lagunillas de Las Saperas y aunque su flora se exhibe con fuerza en la primavera, 
algunos ranúnculos acuáticos, también llamados corcel de las ninfas, brotan con gran fulgor.
Un viejo crucero y la espadaña de la Iglesia de San Pedro son la cita y referencia de nuestra
llegada a la localidad de Luelmo, cuyo grupo de campanas y campaniles se escuchan nítidas
entre el granito y la madera de su Potro de Herrar, alcanzando también la cercana Fuente del
Concejo, una soberbia y formidable fuente pública para el abastecimiento y suministro de agua. 
Su antigüa vida rural queda plasmada cruzando el Barrio de las Portillas, luciendo magníficas
tonalidades entre coloridos atrezos navideños y siguiendo las huellas de la piedra y el granito 
en sus numerosas ruinas, algunas marcadas y labradas con meritoria perfección y excelencia.
Tras cruzar el Arroyo de los Molinos, el itinerario sigue su curso alternando llanura y encinar
para acercarse hasta el Pozo Merdero donde se sitúa la bonita Charca y Fuente de la Devesa.
Claveles y clavelinas saludan al vecindario de Villamor de la Ladre que tienen como edificio 
mas importante la vista románica de la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de los Ángeles,
rodeada de los peculiares diseños y esbozos de su diseminado y disperso trazado urbanístico.
Resguardado al calor del tibio sol de diciembre, despedimos sus agradables y entrañables 
estampas mezcladas con los vivos matices con los que nos sorprende el acebo, saliendo en
la búsqueda de sus alargadas "cortinas", un arraigado y espectacular símbolo de la estética sayaguesa.
El Arroyo del Cadozo despliega su tersa lámina de agua en la localidad de Muga de Sayago,
serpenteando entre casas y viviendas que se salen del marco costumbrista y tradicional del
pueblo y sintiendo su relente frente a la enérgica perspectiva de la Iglesia de San Vicente que
luce altiva la estilizada silueta de su crucero, de gran expresión y  enorme devoción popular.
La Calle Zafara presenta los últimos inmuebles de la población y nos expulsan por la travesía
que circunda el Pago del Conejal presidido por un moderno y reformado crucero y a través de
un amplio camino orquestado por las fincas y terrenos de La Veiga y Peñalba, dejándonos en
la inmensa tranquilidad y serenidad que recorre la amplia vega y ribera del  Arroyo Cadozo.
Una ligera subida nos eleva hasta la Ermita del Cristo de la Agonía en la localidad de Zafara,
emplazándonos delante de la excelente y primorosa Charca de la Cañada, cuyos destellos y
reverberaciones sobrepasan el Frontón municipal anexo a la Iglesia de San Miguel Arcángel.
La Calle Pardineros nos despide envueltos en la simplicidad y pureza del granito, la madera y la teja,
cerciorándonos de tomar el rumbo correcto hacia los majestuosos encinares del Carril de la
Mosca, que junto al Arroyo de las Eras nos trasladarán después hasta las soleadas y radiantes
dehesas de La Cogollina, Rita del Medio, Cabeza de la Parada y la Cueva de las Majadas.
Fariza de Sayago nos da la bienvenida junto a su Iglesia Parroquial de San Julián, iniciando
un ascenso hasta el chozo pastoril existente junto al aparcamiento de la Ermita de Nuestra
Señora del Castillo y descubriendo un sendero interpretativo que divisa el profundo Cañón del Duero.
La Ermita de Nuestra Señora del Castillo es un remanso de tranquilidad y un rincón especial
que divisa algunos refugios sobre las cercanas tierras fronterizas de Portugal, permitiéndonos
seguir una senda de unos 400 metros para alcanzar el Mirador de las Barrancas, un balcón
con expectativas de ensueño del Arribe del Arroyo Pisón y su desembarco en el Padre Duero.
En la parte trasera de la Ermita comienza el itinerario mas duro de la jornada, resbalando a la
denominada Ribera de los Molinos y alcanzando el Puente del Puerto sobre el Arroyo Pisón.
Hay que bajarse de la bici en numerosas ocasiones para ir sorteando pequeños desniveles
entre las rocas, asegurándonos de esta manera algún desafortunado batacazo o una mala caída.
Salimos al Camino de Fuentegrande para atravesar los encinares y tierras de labor del Pago
de la Pendonera, tomando bajo la Iglesia de la localidad de Cozcurrita la carretera que cruza
el cauce del Arroyo de la Mimbre cuyas aguas desfilan alegres y cantarinas, creando algunos 
remansos de espectacular y maravillosa belleza y deslumbrándonos con su innegable pureza.
Sayago sigue empeñada en mostrarnos su rito ceremonial del agua, que tras la escasez del
verano, devuelve a la vida estos prodigiosos y emblemáticos parajes entorno a los arribanzos.
El precioso Pontón de los Arrieros nos coloca en la senda GR-14, Camino Natural del Duero,
mientras el curso fluvial del agua se convierte en la banda sonora y el actor principal de la ruta.
Sentimos el esplendoroso momento que vive la comarca a través del inconfundible clamor de
sus pequeñas cascadas, además de experimentar la reposada tranquilidad de sus arroyos 
que fluyen en aparente silencio para dar ese toque de belleza y sencillez bajo el granito de sus pontones.
Sin darnos cuenta aterrizamos sobre el vetusto Molino Pachón, en la localidad de Badilla, con
una entrañable representación etnográfica mantenida gracias al tesón de sus gentes, que de 
manera desinteresada han sabido guardar la esencia y la tradición harinera de estas tierras.
Desde el crucero de la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Expectación seguiremos el
camino hasta la monumental Fuente de la Peral con dos pequeños abrevaderos de piedra,
continuando por los idílicos reflejos de sus aceñas grabados en la bella Ribera de la Mimbre.
Podremos encontrar algún que otro rebaño de ovejas pastando por sus orillas, cuyos balidos
se mezclarán con la repercusión y las resonancias del desalojo del agua de algunos azudes, 
para atrapar mas adelante el sugestivo y preciado soto fluvial que rodea el Puente Manzanal.
Avanzamos por un entorno adehesado hasta alcanzar el paradisiaco Molino de Valmuyado,
mudando las aguas de La Mimbre por las de la Saz en el entorno del Pontón de las Riveras.
El Arroyo de la Saz se convierte en nuestro hilo conductor para calar por una bella fresneda
y entre un delicado umbral luminoso cuyas encinas han soltado una gran cantidad de bellotas.
Nos impregnamos en la distendida y reconfortante atmósfera que abraza los Molinos de Mullón,
aderezados por una magnífica cascada que ruge con una sensacional y emocionante melodía.
Solamente nos queda traspasar el Puente Tradicional de Lanchas del Arroyo de la Palla para
conseguir atrapar las altas y típicas chimeneas sayaguesas de la localidad de Gamones en
un didáctico paseo que se asoma a reducidos corrales y pajares donde aun resisten aperos y
carros que "acarrearon" los elementos necesarios para sus construcciones y en cuyas ruinas
han quedado grabadas el cúmulo de vivencias sufridas y disfrutadas por sus antepasados.
Terminamos con un saludos de "EL BICIERRANTE" a tod@s caminantes y ciclistas, hasta una nueva aventura 😉
Todas las fotos de la ruta en CAMINOS DE SAYAGO